ASPECTOS HISTÓRICOS DE PURACE

"El indio colombiano es la flor del desprecio del blanco que llegó de España el 12 de Octubre; es víctima del odio satánico cuando alega su derecho y no se deja robar, no se deja engañar, no se deja hurtar su propiedad y defiende los suyos, dando lecciones de hecho y de derecho para el presente y el futuro" Manuel Quintín Lame Kokonucos: Los primeros habitantes. Los primeros habitantes de los actuales resguardos de Coconuco y Paletará fueron indígenas cuya más segura procedencia es Kokonuko (INCORA, 1998: 35 y sig.), tal como lo evidencian instrumentos de piedra encontrados en la zona para cultivar la tierra (a pesar de no reportarse investigaciones arqueológicas extensas), las referencias y crónicas sobre su organización social y costumbres, la memoria colectiva de sus actuales habitantes, pero sobre todo, la presencia viva en múltiples manifestaciones de su cultura y organización social. Al parecer el pueblo Kokonuko estaba constituido por un grupo de comunidades que compartían una cultura común y habitaban diferentes áreas de un territorio. Al respecto Pedro Cieza de León en 1539 dice: “hacia la sierra nevada o cordillera de los Andes están muchos valles poblados de los indios que ya tengo dichos: llámense Coconucos donde nace el Río Grande” Sobre su organización social, se encuentran notas que muestran imágenes de lo que pudo ser antes y durante el período colonial. El General Tomás Cipriano de Mosquera al respecto dice: “...tenían un jefe supremo, a quien llamaban Yasgüen, que equivale al Rey, los caciques eran los que gobernaban una sección de los pueblos; bajo de estos había Caschú, que equivale a gobernantes; y con la palabra Carabic denominan a sus autoridades inferiores, semejantes a los alcaldes” Igualmente se sabe que la economía de los Kokonuko se basó exclusivamente en la agricultura, y que fue en torno al cultivo del maíz que desarrolló una estructura social con la complejidad del cacicazgo. Por su parte Otero afirma que “este pueblo así como los polindaras, totoró y guambianos acostumbraban llevar sus cuentas en nudos formados en cuerdas delgadas de cabuya retorcida, sistema que aprendieron, saberse como, de los incas, y que se llama quipus o quipos. Tenían los Kokonuko un sistema de numeración septecimal, de modo que su idioma poseía palabras propias para expresar las primeras siete cifras”. La cosmología de los Kokonuko actualmente es evidente en su relación con las plantas, toda vez que hacen responsables de las calidades de estas a la tierra, la luna y el sol. Según la información recogida en 1988 por Faust (p. 37) “la tierra da a la planta sus aspectos materiales, la luna le da sus propiedades específicas para la especie, que se podría llamar el carácter de la planta y el sol le da su fuerza que es el calor”. También Júpiter y Venus influyen en el crecimiento de las plantas. De allí que para los Kokonukos la clasificación entre plantas calientes y frías — propiedad que está relacionada con una calidad específica de la planta, independiente de la temperatura—, se derive de la repartición entre plantas con y de los espíritus cuya función y relación con ellas es muy compleja, y plantas que sirven a nivel de cuerpo —frecuentemente llamadas medicinales—. Entre este pueblo, además del espíritu de las plantas, están otros espíritus menos materiales como la Madre Monte o Soledad del Monte, dueña de las plantas silvestres; la Madre Agua, dueña de ríos y lagunas: el duende, ser antropomorfo de pequeña altura, con pies y manos torcidas, que vive en barrancos, quebradas y pantanos; el arco (iris), dueño de los musgos y lamas del agua, puede causar influencia dañina en la salud de los humanos; la pantasma negra, la cual puede tomar la forma de un perro negro peludo o de un gato grande negro, es un espíritu que vive en los pequeños lagos del páramo alto que son los sitios para la iniciación de los Macucos; la pantasma blanca, parecida a la anterior pero de menor poder; y el trueno o tempestad, considerado el espíritu más fregado, del cual los macucos de Puracé no quisieron hablar sobre él a Faust . Pero el personaje central en el mundo del pueblo Kokonuko fue y sigue siendo El Diablo, el más poderoso de todos los espíritus, contra quien no sirve ninguna planta, como lo evidencian los relatos de los actuales habitantes de Puracé o numerosos autores. Sata (o Satanás), vive en el volcán de Puracé con la gente mala, con quienes en ocasiones pasa por los bosques en un carro que lo llaman guando haciendo excursiones, a veces es bueno y concede bienes a los humanos después de hacer un pacto con él. En tiempos recientes, la historia del diablo y de los terratenientes se entrecruzan, y cuando se inician los luchas después de 1971, se amalgama en la región un complejo mágico—ideológico, en torno a la toma de conciencia política para recuperar la tierras. Esta fusión es retratada en la película “Nuestra Voz de Tierra, Memoria y Futuro” realizada entre 1977 y 1981 por Jorge Silva y Marta Rodríguez. La Conquista del Valle de Pubén, sus alrededores y la Encomienda Al Valle de Pubén entraron por primera vez los conquistadores españoles a comienzos de 1535, dirigidos por Añasco y Ampúdia, provenientes de vencer en las campañas de Ecuador y Perú. Pese a la alianza de los indígenas que habitaban esta zona7, los conquistadores lograron someter a través de un virtual genocidio las comunidades de las cuatro provincias reconocidas en ese momento por varios cronistas —Guambía, Puracé—Coconuco, Chapa—Timbio y Patía-, fundar por parte de Sebastián de Belalcázar a Popayán a comienzos de 1537, y reducir y subyugar a los sobrevivientes a un trato cruel, tanto, que despertaron condenas contra Belalcázar por parte de Andagoya (1540) y Fray Bartolomé de la Casas. La Encomienda estableció las bases que determinarían el tipo de poblamiento y las formas de tenencia de la tierra y sentó las bases sobre las que se fundarían las relaciones de trabajo hacia el futuro, basadas en el sometimiento y el desprecio por la cultura tradicional y hacia los indios en particular —desde un comienzo considerados como inferiores, e incluso, irracionales, desalmados e inmorales. Igualmente, con la tributación impuesta a los indígenas, se inicio en América el desarrollo de una clase ociosa—parasitaria que viviría a costa del trabajo de otros — de lo cual es fiel testimonio el Cauca 8—, cadena que solo se rompería después del surgimiento de la Organización indígena en 1971, como se pretende demostrar a lo largo del presente análisis. En estas estancias además de los Kokonuco, trabajaban indígenas Paeces traídos por los encomenderos desde Tierradentro. En efecto, el otros flanco de la cordillera central era habitado por los Paeces de Tierradentro, quienes ofrecieron hasta inicios del siglo XVII la mayor resistencia a la dominación externa, a tal punto que hicieron de la encomienda una institución inoperante en esta zona, liberándose de sus nefastas consecuencias. Ante esta situación, los españoles asumieron una actitud defensiva y aprovecharon el dominio ejercido sobre guambianos y Kokonuco para establecer una zona de contención entre Tierradentro y Popayán, para controlar cualquier incursión de los Paeces. Sin embargo la población de Tierradentro adquirió importancia ante la creciente demanda de fuerza de trabajo en las haciendas y el aniquilamiento en las minas de la población originaria del flanco occidental. Con la penetración colonial a Tierradentro, se inició un fenómeno determinante para las comunidades indígenas y el Cauca actual, pues la cultura de los Paeces amplio su territorio y colonizó nuevos espacios. Al respecto, es importante señalar que si bien no se conoce de relaciones que en tiempos precolombinos pudieran tener los pueblos que habitaban el flanco occidental de la Cordillera Central (entre ellos los Kokonuko) con los que lo hacían en el flanco oriental (Paeces y Pijáos), desde ese momento se sucederían una serie de encuentros fortuitos pero permanentes. Estos encuentros, por un lado han complejizado el mestizaje y sincretismo en los actuales resguardos de Coconuco y Paletará (por ello creo, no es extraño la coincidencia de Espíritus presentes en estos dos pueblos), pero además, los Kokonukos han confluido en varios procesos de lucha política con los Paeces y Pijáos durante la independencia y las guerras civiles del siglo XIX, o en torno a movimientos más propios como lo fue el encabezado por Manuel Quintín Lame a principios del Siglo XX y ahora alrededor del CRIC, la ONIC o la Alianza Social indígena —ASI. Por otro lado también es importante señalar que la presencia de los Yanaconas — pueblo constitutivo de los actuales habitantes de Coconuco y Paletará— en el actual territorio de Colombia se remonta a las primeras expediciones españolas para conquistar los pueblos del sur del país. Los yanaconas, que hacían parte de la estrategia de conquista de los Incas, fueron utilizados por Belalcázar para su conquista de los pubenses. Como recompensa, les entregaron tierras en los alrededores de Almaguer —importante centro aurífero hasta su decadencia a finales del siglo XVIII—, y es precisamente de estos asentamientos ligados por la mita a la minería y a la producción de alimentos para las minas, que descienden las actuales comunidades de los resguardos yanaconas del sur del Cauca. A decir de Faust 9, “es tal la influencia histórica de los yanaconas, con su economía de la papa y su cultura dicotómica frío—caliente y de aucas, vientos, aíres, sustos y macucos sobre la zona (de Coconuco y Paletará), que hoy día existe un sincretismo cultural entre Kokonukos y Yanaconas a tal nivel, que es difícil separar los elementos culturales de uno y otro pueblo, siendo su cultura una sola en el momento”. El territorio era habitado por indígenas coconucos, Fue fundado por Tomás Cipriano de Mosquera en 1840 y erigido en municipio en 1915.Pertenece al círculo notarial, a la oficina seccional de registro y al circuito judicial de Popayán; corresponde a la circunscripción electoral del Cauca. El 1º de enero de 1995 tenía registrados 483 predios urbanos y 1.485 rurales. La mayor parte del territorio es montañoso y su relieve corresponde a la cordillera Central; entre los accidentes orográficos se destacan la sierra nevada de Los Cococunos localizada en el límite con el departamento del Huila, los volcanes de Pan de Azúcar, Puracé y Sotará; el pico de Paletará, el páramo Blanco y los cerros Agua Blanca, Canelo, Cargachiquillo, Curare, Los Coconucos, Peñas Blancas y Puzná. Lo bañan los ríos Anambía, Blanco, Cauca, Grande, San Andrés, Vinagre y Yerbabuena, además de numerosas corrientes menores. Sus tierras se distribuyen en el piso térmico frío y piso bioclimático páramo. Según datos preliminares del censo de 1993, la población de la cabecera municipal era de 5.749 habitantes y el sector rural tenía 6.425 habitantes.

El Parque Nacional Natural Puracé

...fue declarado como reserva natural en el año 1967. Solo en 1973 el INDERENA, inicia el proceso de valoración del potencial turístico que posee la zona; prestando servicios básicos en el Sector de Pilimbalá.

En 1974, se continúa con la construcción de infraestructura turística en el Sector de San Juan y se define la zona de recreación general exterior y la zona de alta densidad de uso del Parque, en donde se pueden realizar actividades de recreación y esparcimiento; comprendida entre el Sector de Pilimbalá y San Nicolás, incluyendo los sectores de San Rafael y San Juan, quedando organizada la actividad turística del Parque, sobre la Vía Popayán- La Plata.

La población colombiana es el principal grupo de visitantes con que cuenta el Parque Nacional Natural Puracé, seguido por un porcentaje de extranjeros que va en aumento al conocer la diversidad y belleza natural que no se observa en otro lugar del mundo.


Es un lugar de visuales tamizadas, entre suaves colinas y delicada vegetación arbustiva irregular cuya variedad de tonos va desde el café verdoso hasta el verde profundo; la implantación de la infraestructura y la disposición de la vegetación, conforman un microclima menos frío, disminuyendo el impacto directo del viento, propio de las zonas de páramo. Las actividades de recreación están dadas para toda la familia y principalmente para los excursionistas que encuentran en este lugar un sitio de refugio, después de subir al volcán Puracé. “Es un lugar tranquilo que brinda la oportunidad de encontrar sitios de permanencia rodeados de bosque y adornados con espejos de agua, construidos en piedra.”

ZONA SANTA LETICIA

El corregimiento es muy rico en fuentes hídricas, las cuales emergen en casi toda su área, formando ríos, quebradas y pantanos, destacándose el río Bedón que nace en la Laguna de San Rafael y recorre el corregimiento hasta entregar sus aguas al río La Plata; entre las quebradas sobresalen San Nicolás, San Marcos, Dos Quebradas, El Jardín, Candelaria y otras de menor caudal.

En los anteriores aspectos y otros descritos a continuación, se tuvieron en cuenta las debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas del corregimiento; las cuales fueron tenidas en cuenta para la proyección de nuevas propuestas sostenibles para la región.

A pesar de la presión antrópica que ha sufrido el corregimiento de Santa Leticia, aun existen paisajes naturales, relictos arqueológicos, de flora y fauna, los cuales conforman el potencial ecoturístico de la región, brindando la oportunidad de convertirse en un proyecto compatible entre la aptitud ecológica y las actividades socioeconómicas.

El Parque Natural Nacional Puracé

es considerado como uno de los más importantes atractivos del territorio nacional.



 
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